“Más allá del nivel descrito por definiciones convencionales, el proceso de mediación contiene un potencial específico de transformación de las personas – lo cual promueve el crecimiento moral- al ayudarlas a lidiar con las circunstancias difíciles y a salvar las diferencias humanas en el mismo medio del conflicto. Esta posibilidad de transformación se origina en la capacidad de la mediación para generar dos efectos importantes: la revalorización y el reconocimiento. En su expresión más simple la revalorización significa la devolución a los individuos de cierto sentido de su propio valor, a su fuerza propia capacidad para afrontar los problemas de la vida. El reconocimiento implica que se evoca en los individuos la aceptación y la empatía con respecto a la situación y los problemas de terceros. Cuando ambos procesos ocupan un lugar central en la práctica la mediación, se ayuda a las partes a utilizar los conflictos como oportunidades de crecimiento moral y se realiza el potencial transformador de la mediación”.
Mediación