¿Por qué un análisis?

¿Por qué un análisis?

La complejidad del ser humano es una de las pocas cosas que no se puede clasificar, a pesar que la ciencia se empeña en hacerlo. Ponerle un nombre exacto a lo que nos sucede, no es simple, incluso me planteo, si se puede encontrar ese nombre.
Las palabras ansiedad, depresión, estrés, hiperactividad, bipolaridad, ya forman parte de nuestro discurso, muchas veces pacifica pero no soluciona. En la práctica se refleja que no existe una única manera de ser, sentir, pensar, sufrir o disfrutar. A pesar de hacer grandes esfuerzos para ser felices, en cada uno sigue existiendo un lugar donde no se puede completar, cerrar, amarrar, entender, ese lugar es entendido como la subjetividad.
Lacan en el Seminario 3 dice: “Si por una suerte extraña atravesamos la vida encontrándonos solamente con la gente desdichada, no es accidental, no es porque pudiese ser de otro modo” (Lacan 1955 – 56, p. 120).
Los momentos felices existen, pero el deseo de conseguir la felicidad permanente, es una utopía. Encontrar la forma de sostenernos con lo que no encaja, lo que no encaja para cada uno, lo que no se puede atrapar del todo, es la propuesta.
Lacan, lo expresaba claramente: “Un análisis no ha de ser llevado demasiado lejos. Cuando el analizante piensa que es feliz por vivir, ya basta.” (Lacan 1975).