La tecnología, ha llegado para quedarse y propone una nueva realidad.
Ofrece, el poder gozar sin límites, hacer realidad nuestros deseos y vivir muchos años. Para ello, pone a nuestra disposición, una multitud de redes sociales, plataformas y sistemas operativos como Siri, que ofrecen diferentes tipos de servicios, ya sea de entretenimiento, buscar pareja, consultas médicas, tiendas de todos los rubros, sin olvidarnos de que podemos acceder a una gran cantidad de información, con solo un click o con una simple orden, crear un ambiente determinado. Alexa, baja las luces y pon música!. Ahora, parece que todo es posible, más fácil y más rápido.
Además de ofrecer, también nos demanda. Innovación, versatilidad y velocidad, son significantes que denotan excelencia, en la actualidad. A una persona, que sepa manejar las redes, solucionar conflictos, tomar decisiones, trabajar en equipo, que se desenvuelva en cualquier tipo de circunstancias, con apertura mental, con equilibrio emocional, con formación específica y bilingüe, se le supone progreso.
Lo interesante es que, los cambios tecnológicos, se producen a una velocidad distinta que nuestra adaptación a ellos, solo basta con mirar al pasado y situarse en el momento del primer teléfono móvil, nada nos decía, que se convertiría en un objeto tan indispensable y sin embargo, está sucediendo. Otro aspecto a resaltar, es que el imperativo adaptarse o morir, puede suponer para algunos, un sufrimiento intolerable, para otros, el motor necesario para seguir adelante o reinventarse.
Por ello, desde el punto de vista del psicoanálisis, nos interesa el uso sintomático que cada ser hablante, uno por uno, hace con la tecnología a su alcance. Así se expresa Gustavo Dessal en su libro, El Inconsciente 3.0. “¿Cómo podemos condenar como una falta en el comportamiento, el signo de una disposición viciosa o una manifestación de negligente holgazanería que un adolescente no pueda separarse de su smartfhone a su consola de videojuegos y experimente como autentica mutilación la posibilidad de verse separado de los objetos?. Apurados por llegar y conectarse a su vida virtual, encuentran un espacio donde el compartir una fotografía en sus redes, significa hacerse existir a través de la mirada o likes de él Otro.
La realidad virtual, la realidad holográfica o aumentada, ponen de manifiesto que el ser humano no ha podido, ni podrá jamás, soportar una vida sin el auxilio de un artificio (simbólico, imaginario o real) que lo separe de su propia existencia, empujada hacia la deriva de la incertidumbre” (pg. 39). Es una reflexión, muy interesante, ya que no se puede saber nada sobre la significación, que cada persona le otorga, ni determinar que el estar conectado, es siempre perjudicial.
Es decir, la técnica nos aporta un mundo de oportunidades a una velocidad vertiginosa que amenaza con alienarse, dando lugar a la incertidumbre, tan difícil de sostener. Y es en este contexto, que el sujeto debe crear su mundo, ya sea real o virtual (artificios). Debe crear una vida en la que no quede como desecho, pero tampoco devorado.